sábado, 8 de enero de 2011

XXI

Es culpa de todos y cada uno de nosotros.
Cuando el mundo lea esta nota y piense "la sociedad la ha matado", que cada uno sepa que es culpa suya también, porque la sociedad la formamos todos y cada uno de los individuos que vivimos en ella.
Y es este mundo corrupto el que me hace ver tan negra esta situación.
Vivo en un lugar donde para conseguir lo que quiero tengo que pisotear a mis semejantes, donde para ser aceptada tengo que adoptar los hábitos que me dictan empresas cuyos dueños ni tan siquiera comparten esos cánones, donde para vivir en paz y armonía (teórica, por supuesto) tengo que mentir, decir cosas que no pienso, o decir que comparto ideas con las que no estoy de acuerdo, donde el conformismo ha llegado a un extremo tal, que los gobiernos mangonean al rebaño de millones de ciudadanos que son guiados por un cayado de mentiras y decepciones, sin que éstos ni se molesten en alzar la voz, este lugar, este lugar es repugnante, y me veo obligada a vivir en este sitio rodeada de hipocresía, gente sin principios (ni buenos ni malos) y donde solo manda el dinero.
He sopesado todas y cada una de las opciones que tengo, y al final solo dos de ellas han pasado la criba:
Puedo sucumbir, dejarme llevar por la corriente, pienso que me iría bastante bien, pero viviría una vida de mentira, y no se si podría soportar el peso de mi conciencia.
Puedo luchar, luchar sin descanso, buscar gente como yo para luchar juntos y terminar con este sistema de mentiras... Ojalá fuese tan sencillo, viviría una vida de lucha ininterrumpida, y aunque llena de honor, una vida de persecución.
La verdadera intención de estas palabras que salen de las manos de una cobarde, es que sirvan a otros que se hayan dado cuenta de lo mismo que yo para no cometer el mismo error que yo voy a cometer ahora, un error que no tiene solución.

1 comentario:

  1. Las causas perdidas son las únicas por las que merece la pena luchar.

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